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La Casbah de Tánger

Desde su promontorio con vistas a la ciudad y a la bahía, la Casbah constituye el verdadero origen de Tánger. Ocupada por romanos, árabes, portugueses e ingleses, la Casbah ofrece en sus callejones y pasajes un ambiente íntimo y tranquilo que contrasta con la Medina. De la antigua puerta de la Casbah a la pequeña plaza donde la gente viene a buscar agua, pasando por la gran Place de la Casbah, con sus antiguas murallas con vistas al mar, se extiende un pueblo tranquilo que seduce por su unidad arquitectónica y su deslumbrante blancura. Aquí, el ruido del tráfico desaparece bajo un silencio apenas perturbado por los pasos y las conversaciones de los vecinos. La Casbah parece resistir: a pesar de la presencia de algunos hoteles, este barrio sigue siendo sobre todo un lugar de vida para sus habitantes.

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