¿Sabía que las casas parisinas de alta costura confían sus trabajos de bordado a artesanos sevillanos? Sevilla alberga alrededor de diez talleres donde especialistas del hilo y la aguja trabajan con precisión y pasión. El gesto debe ser certero, la vocación decidida. Son incontables las horas que se pasan dibujando motivos vegetales con hilo de oro o patrones geométricos en terciopelo. Estas auténticas obras de arte se usan generalmente para vestir a las vírgenes y a Los Santos que pueblan las iglesias de la ciudad. Un savoir-faire conservado en Sevilla como en ningún otro lugar.

Visito el estudio de Mariano Martín Santonja, en uno de los barrios más antiguos de la ciudad. En una planta baja, y alrededor de una larga mesa, cuatro trabajadoras se dedican a bordar el dosel que protegerá una escultura de la Virgen durante una procesión local. Mariano vigila el trabajo y toma la aguja cuando le parece necesario. Durante 20 años se ha dedicado a este «arte popular aplicado.» Ya desde pequeño, Mariano se extasiaba frente a los suntuosos mantos y túnicas con las que se visten las esculturas barrocas honradas durante la Semana Santa de Sevilla. Durante la visita, me explica que bordar no es simplemente dibujar sobre tela: hay que jugar con los tonos de los hilos y el tipo de puntada para «dar vida al bordado». Un verdadero «trabajo experto» que busca reproducir todos los matices de la naturaleza utilizando el hilo y la aguja. Cuando se entra en un taller como este, inmediatamente se siente el contraste con el mundo exterior: afuera, la vida cotidiana con su ritmo acelerado; aquí, rodeado de piezas de bordados antiguos e imágenes religiosas, el tiempo se detiene ante la dedicación y la concentración de las bordadoras. Los tiempos modernos, con sus máquinas y su obsesión por lo práctico, parecen muy lejos. ¿No es este el escenario perfecto para el cultivo del arte?

Para visitar el estudio de Mariano Martín Santonja es imprescindible reservar: 00 34 686 925513